Mi amigo Carlos se ha cambiado de coche. Ayer volvía a casa pensando mientras conducía en los criterios que decidieron la compra del mío hace un par de años. Precio, estética y equipamiento, llegúe a la conclusión.
Sonreí al recordar un detalle, o manía que tengo... NO me gustan los coches que en sus ópticas traseras no tengan duplicadas las luces. Es decir, no me gustan los que tienen sólo una luz de marcha atrás y/o de antiniebla. NO me gustan hasta tal punto que nunca compraría un coche así, por muy a tiro que se pusiese...
Algún psicólogo le encontrará relación con mi psique o mis actitudes para la concepción visual, pero a mí me resulta una manía incomprensible...
El día que conocí a Bin Laden, de Jérémie Dres
Hace 1 semana
2 comentarios:
Animo, Estresato, que eso no es nada...
Cada uno tiene sus manías. Al menos no es dañina, y hasta tiene su lógica.
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